De acuerdo a la
crítica marxista (la cual por cierto, debe diferenciarse de la pura sociología de la literatura) las formas,
estilos y significados dentro de las obras literarias tienen que comprenderse como productos de una historia determinada,
particular. Según Matisse todo el arte tiene la impronta de la época en la cual
fue gestada la obra. Este aspecto es de fundamental importancia, ya que entre
más profunda sea la huella histórica es más maravillosa la pieza en cuestión.
No obstante Eagleton resalta que muchos estudiantes han aprendido otras formas
de valorar el arte. Por ejemplo, una de las más conocidas: aquella que dota de
mayor grandeza a la obra si esta puede traspasar su propio tiempo, es decir
consolidarse como un trabajo que supera las condiciones históricas que la
posibilitaron.
Otro
aspecto de suma importancia es advertir que el puro análisis histórico no
genera una crítica marxista. Además estudios de este tipo ya se habían hecho
con anticipación a Marx, como el de su influencia Hegel. Sin embargo la
originalidad de la crítica de Karl Marx radica en la comprensión revolucionaria
de la historia misma y no en precisamente en el enfoque histórico con el que
trata a la literatura. Pero ¿de qué se trata esta aportación? nada más y nada
menos de que tanto para Marx como para Engels la producción de ideas, conceptos
y conciencia está entrelazada con la relación del hombre, el lenguaje de su
vida real. Esto quiere decir que así como las ideas, concepciones, las
relaciones espirituales de los hombres representan (in)flujo directo del
material de conducta de los hombres. [Por tanto] , para llegar o hablar del
hombre corpóreo nosotros partimos de la realidad activa de él y no de lo que
los hombres imaginan, conciben, dicen, ni cómo ellos son pensados, dichos,
imaginados, etc. Según Marx y Engels la vida determina a la conciencia y no a
la inversa.
Ahora
bien, los dos pensadores alemanes afirman que los hombres, dentro de la vida de
producción social, ingresan a ciertas relaciones de producción que son
independientes de su voluntad, las cuales corresponden a distintas etapas de
desarrollo de sus fuerzas de producción y, una vez sumadas éstas puede conocerse
la estructura económica de una sociedad, donde se levanta la superestructura y
a la cual corresponden formas de conciencia social. De esta manera, es la
esencia social determina de los hombres determina su conciencia y no la
conciencia a la vida social. Entonces, de acuerdo a la interpretación de
Eagleton, las relaciones sociales entre
los hombres aumentan con las formas de producir su vida material.
Fuerzas
y relaciones son dos conceptos empleados en el concepto marxista de estructura
económica de la sociedad. En el capitalismo las relaciones se dan entre el que
posee los medios de producción y el proletariado, donde el primero compra un
beneficio a través de la fuerza del segundo. Estas relaciones son las que
engloba el concepto de superestructura, mientras que a los vínculos humanos, leyes
dictadas, valores, creencias, etc., por ejemplo, pertenecen al concepto de superestructura.
Es justo en estos eventos donde se da una legitimización del poder (el cual se
concentra en la clase social dueña de los medios de producción). En la teoría
marxista estos elementos conforman el concepto de ideología, la cual sirve para
legitimar el poder de las leyes de una sociedad. Entonces, las ideas dominantes
de un grupo determinado se traducen en las leyes que norman a la sociedad en cuestión.
Dicho
lo anterior, podemos deducir que la literatura, como manifestación y forma del
arte, pertenece a la superestructura de la sociedad. Por ende, una ideología
determinada está implícita en cada obra, pues, como decía el crítico francés
Hyppolite Taine en su ensayo “Filosofía del arte”, una obra pertenece a un
autor, éste a una escuela, ella a un espacio y además a una época. Razón por la
cual lleva su sello impreso de los usos, costumbres, pensamientos y concepciones
de una sociedad en un lugar y tiempo determinados. Entonces, una obra literaria
tiene contenida una propia visión de percibir el entorno, de acuerdo a la
prevalencia de la forma dominante de poder. No obstante, debe suponerse que la
literatura como manifestación artística sea únicamente reflexión, es decir,
pasividad, sino que la obra adquiere un papel activo al no limitarse a la
interpretación de la base económica vigente. De acuerdo al texto de Eagleton,
la literatura es <<expresión de su tiempo>>, dicho de otra forma,
ella es parte de una ideología determinada, de la cual habla ya sea implícita o
explícitamente. Este punto responde a la pregunta 1) ¿Cómo funciona la
literatura como ideología?
2)
¿De qué manera se relacionan la forma y el contenido literario?
Como
hemos visto al inicio de este comentario explicativo, la superestructura de una
sociedad es determinada por los dueños de los modos de producción; ellos dictan
las leyes, valores, ideas en boga, etc. Entonces, la situación política,
económica e histórica en un espacio específico, en una época determinada,
configuran las formas de comprender el mundo, interpretarlo y nombrarlo.
Entonces, en la obra de arte el contenido es una de las partes de una propuesta
dialéctica. La siguiente fase, que no es ella, pero resulta imprescindible es
la forma, ya que en ella se actualiza una interpretación del mundo.